Vieja Lesbiana

Monday, October 31, 2005

No, si ponerse a cantarle "cambia, Santiago cambia" a uno de esos buses verdes con olor a nuevo no es signo de estar beodo. No, si eso de ponerse a bailar ronda-ranchera por la calle lo puedo hacer hasta sobrio. (de hecho, sí) En todo caso, a casa llegué coherente, pero apenas aguanté una hora despierto. O fue la "mona", o me faltó la siesta.


Téngase por seguro que si uno está en una reunión y dice que debe retirarse a tal hora, no se retirará a esa hora. En eso pensaba, con la chaqueta sudándome en la mano dentro de uno de esos "refrescantes" vagones de Metro de la Línea 2, con destino a Cal y Canto. Pero afuera el viento arreciaba, lo supe cuando subí y miré hacia esas paredes anaranjadas, y no ví a nadie; en realidad si ví a alguien, y creí que era Sandy, pero estaba rodeado de minas, así que no podía ser. Bajé, y me dí cuenta que había llamado el Mauro; pero tengo dos números del Mauro, y llamé al que no era, por lo cual tuve que llamar a "José Michelle", el que me dijo que ya estaban adentro. Entonces partí, y crucé el umbral de aquellas paredes naranjas que dicen "La Piojera" en lo alto, y entré. En la primera puerta a la derecha, casi frente al parrón, estaba el resto de esta estrafalaria "comunidad": (probablemente Sandy me discuta el sentido del término, pero no tengo mucho tiempo, y no se me ocurre otro sinónimo. No quiero poner "Team MMEL") El festejado Sandoval, Mauro, Sanhueza y el señor Varas. Luego de que pude conseguir una silla me senté con ellos, que ya tenían sus bebidas en frente, y salvo el caso de Varas, no hablamos de gaseosas. Sendos terremotos para don Ignacio y don José Miguel, y su litro de cerveza para don Mauro. Su servidor pidió vino de la manera más absurda posible, aunque al final igual terminaría por tomar un poco de cerveza, que se debe admitir que no queda tan mal con un poco de gaseosa de naranja.

El motivo de todo esto era el cumpleaños de Sandy, pero como ya pudieron ver en el acta de esta "reunión" de MMEL, terminamos hablando casi de cualquier cosa. El entusiasmo alcanzó hasta para que Sandy hablara de la futura "Escuela de Santiago", equipo multidisciplinario llamado a destruír el mundo, (o a conquistar el mundo, o a mejorar el mundo... Póngale la frase que prefiera) XD. Cayó la noche en medio de las risas, luego de pasar de nuestros compañeros de cada día a Marcuse y la escuela de Frankfurt, de la fiesta de gala a "ya yo me enteré, mulata"; nos faltó quizás la Polaroid del viejito, pero el dinero se acabó, obvio, siempre escacea para seres como nosotros, y después de 3 sanguches de pernil engullidos, 4 litros de cerveza, 4 terremotos, una caña (adivine quién fue) y 2 Crush, ya le habíamos dado bastante a la lengua, ya nos prometíamos volver apenas pudiéramos, ya cantábamos con el guitarreo de la otra mesa, y ya era hora de irme de tan agradable reunión, donde, insisto, la pasé bastante bien; y he de agradecerle especialmente a todos estos sujetos mencionados, que insistieron en invitarme. (Aún no termino por entender qué hago en este extraño proyecto, pero bah, a quién le importa.)

Después ocurrió todo con lo que empecé.

Y cómo siguió... Bueno, eso se los tendrán que contar los otros miembros. Pero tengo entendido que Sandy lleva 72 horas en un estado.

-Pero si él odia el estado.
-No el de ebriedad.

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

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